22 (21)1Al Director. Sobre «la cierva de la
aurora». Salmo de David. 2Dios mío, Dios mío, | ¿por qué me has abandonado? | A pesar
de mis gritos, | mi oración no te alcanza. 3Dios mío, de día te grito, | y no respondes; | de noche, y no
me haces caso. 4Porque tú eres el Santo | y habitas entre las alabanzas de
Israel. 5En ti confiaban nuestros padres; |
confiaban, y los ponías a salvo; 6a ti gritaban, y quedaban libres; | en ti confiaban, y no los
defraudaste. 7Pero yo soy un gusano, no un hombre, |
vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; 8al verme, se burlan de mí, | hacen visajes, menean la cabeza: 9«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; | que lo libre si
tanto lo quiere». 10Tú eres quien me sacó del vientre, | me tenías confiado en
los pechos de mi madre; 11desde el seno pasé a tus manos, | desde el vientre materno tú
eres mi Dios. 12No te quedes lejos, | que el peligro está cerca | y nadie me
socorre. 13Me acorrala un tropel de novillos, | me
cercan toros de Basán; 14abren contra mí las fauces | leones que descuartizan y rugen. 15Estoy como agua derramada, | tengo los huesos descoyuntados;
| mi corazón, como cera, | se derrite en mis entrañas; 16mi garganta está seca como una teja, | la lengua se me pega
al paladar; | me aprietas contra el polvo de la muerte. 17Me acorrala una jauría de mastines, | me cerca una banda de
malhechores; | me taladran las manos y los pies, 18puedo contar mis huesos. | Ellos me miran triunfantes, 19se reparten mi ropa, | echan a suerte mi túnica. 20Pero tú, Señor, no te quedes lejos; | fuerza mía, ven
corriendo a ayudarme. 21Líbrame a mí de la espada, | y a mi única vida de la garra
del mastín; 22sálvame de las fauces del león; | a este
pobre, de los cuernos del búfalo. 23Contaré tu fama a mis hermanos, | en medio de la asamblea te
alabaré. 24«Los que teméis al Señor, alabadlo; |
linaje de Jacob, glorificadlo; | temedlo, linaje de Israel; 25porque no ha sentido desprecio ni repugnancia | hacia el
pobre desgraciado; | no le ha escondido su rostro: | cuando pidió auxilio, lo
escuchó». 26Él es mi alabanza en la gran asamblea, |
cumpliré mis votos delante de sus fieles. 27Los desvalidos comerán hasta saciarse, | alabarán al Señor
los que lo buscan. | ¡Viva su corazón por siempre! 28Lo recordarán y volverán al Señor | hasta de los confines del
orbe; | en su presencia se postrarán | las familias de los pueblos, 29porque del Señor es el reino, | él gobierna a los pueblos. 30Ante él se postrarán los que duermen en la tierra, | ante él
se inclinarán los que bajan al polvo. | Me hará vivir para él, 31mi descendencia lo servirá; | hablarán del Señor a la
generación futura, 32contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: | «Todo lo
que hizo el Señor».
69 (68)1Al Director. Sobre «Los lirios». De
David. 2Dios mío, sálvame, | que me llega el
agua al cuello: 3me estoy hundiendo en un cieno profundo | y no puedo hacer
pie; | he entrado en la hondura del agua, | me arrastra la corriente. 4Estoy agotado de gritar, | tengo ronca la garganta; | se me
nublan los ojos | de tanto aguardar a mi Dios. 5Más que los pelos de mi cabeza | son los que me odian sin
razón; | numerosos los que me atacan injustamente. | ¿Es que voy a devolver lo
que no he robado? 6Dios mío, tú conoces mi ignorancia, | no se te ocultan mis
delitos. 7Que por mi causa no queden defraudados |
los que esperan en ti, Señor, | Señor del universo. | Que por mi causa no se
avergüencen | los que te buscan, Dios de Israel. 8Por ti he aguantado afrentas, | la vergüenza cubrió mi rostro. 9Soy un extraño para mis hermanos, | un extranjero para los
hijos de mi madre. 10Porque me devora el celo de tu templo, | y las afrentas con
que te afrentan caen sobre mí. 11Cuando me aflijo con ayunos, | se burlan de mí. 12Cuando me visto de saco, | se ríen de mí; 13sentados a la puerta, cuchichean; | mientras beben vino me
sacan coplas. 14Pero mi oración se dirige a ti, | Señor, el día de tu favor;
| que me escuche tu gran bondad, | que tu fidelidad me ayude: 15arráncame del cieno, que no me hunda; | líbrame de los que me
aborrecen, | y de las aguas sin fondo. 16Que no me arrastre la corriente, | que no me trague el
torbellino, | que no se cierre la poza sobre mí. 17Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia; | por tu gran
compasión, vuélvete hacia mí; 18no escondas tu rostro a tu siervo: | estoy en peligro,
respóndeme enseguida. 19Acércate a mí, rescátame, | líbrame de mis enemigos. 20Estás viendo mi afrenta, | mi vergüenza y mi deshonra; | a tu
vista están los que me acosan. 21La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. | Espero
compasión, y no la hay; | consoladores, y no los encuentro. 22En mi comida me echaron hiel, | para mi sed me dieron vinagre. 23Que su mesa se torne una trampa, | un castigo y un lazo. 24Que se nublen sus ojos y no vean, | y sus lomos flaqueen sin
cesar. 25Descarga sobre ellos tu furor, | que el
incendio de tu ira los alcance. 26Que su campamento quede desierto | y nadie habite en sus
tiendas. 27Porque acosan al que tú heriste | y aumentan
el dolor del que tú golpeaste. 28Añade culpa a sus culpas | y no accedan a tu justicia. 29Sean borrados del libro de los vivos, | y no sean inscritos
con los justos. 30Yo soy un pobre malherido; | Dios mío, tu salvación me
levante. 31Alabaré el nombre de Dios con cantos, |
proclamaré su grandeza con acción de gracias; 32le agradará a Dios más que un toro, | más que un novillo con
cuernos y pezuñas. 33Miradlo, los humildes, y alegraos; | buscad al Señor, y
revivirá vuestro corazón. 34Que el Señor escucha a sus pobres, | no desprecia a sus
cautivos. 35Alábenlo el cielo y la tierra, | las
aguas y cuanto bulle en ellas. 36Dios salvará a Sión, | reconstruirá las ciudades de Judá, | y
las habitarán en posesión. 37La estirpe de sus siervos la heredará, | los que aman su
nombre vivirán en ella
531¿Quién creyó nuestro anuncio?; | ¿a
quién se reveló el brazo del Señor? 2Creció en su presencia como brote, | como raíz en tierra
árida, | sin figura, sin belleza. | Lo vimos sin aspecto atrayente, 3despreciado y evitado de los hombres, | como un hombre de
dolores, | acostumbrado a sufrimientos, | ante el cual se ocultaban los
rostros, | despreciado y desestimado. 4Él soportó nuestros sufrimientos | y aguantó nuestros
dolores; | nosotros lo estimamos leproso, | herido de Dios y humillado; 5pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, | triturado
por nuestros crímenes. | Nuestro castigo saludable cayó sobre él, | sus
cicatrices nos curaron. 6Todos errábamos como ovejas, | cada uno siguiendo su camino; |
y el Señor cargó sobre él | todos nuestros crímenes. 7Maltratado, voluntariamente se humillaba | y no abría la
boca: | como cordero llevado al matadero, | como oveja ante el esquilador, |
enmudecía y no abría la boca. 8Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, | ¿quién se
preocupará de su estirpe? | Lo arrancaron de la tierra de los vivos, | por los
pecados de mi pueblo lo hirieron. 9Le dieron sepultura con los malvados | y una tumba con los
malhechores, | aunque no había cometido crímenes | ni hubo engaño en su boca. 10El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, | y entregar su
vida como expiación: | verá su descendencia, prolongará sus años, | lo que el
Señor quiere prosperará por su mano. 11Por los trabajos de su alma verá la luz, | el justo se
saciará de conocimiento. | Mi siervo justificará a muchos, | porque cargó con
los crímenes de ellos. 12Le daré una multitud como parte, | y tendrá como despojo una
muchedumbre. | Porque expuso su vida a la muerte | y fue contado entre los
pecadores, | él tomó el pecado de muchos | e intercedió por los pecadores.
LISTA DE VÍDEOS PARA ORAR CON LOS SALMOS
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