INVOCACIÒN AL ESPÍRITU SANTO (Adriana Baretta)
Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón, para ver las cosas que son de Dios. Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente, para conocer las cosas que son de Dios. Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma, que yo le pertenezco solamente a Dios. Santifica todo lo que yo piense, diga y haga, para que todo sea para la gloria de Dios.
Amén.
ORACIÓN DE CONFIANZA
Padre me pongo en tus manos. Haz de mí lo que quieras , sea lo que sea, te doy las gracias.
Lo acepto todo con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada más, Padre. No deseo nada más.
Yo te ofrezco mi alma y te la doy con todo el amor que soy capaz.
Porque deseo darme, ponerme en tus manos, sin medida, con infinita confianza, porque tú eres mi Padre. (C.FOUCAULD).
TODO QUIERE SER AMADO
Y dijo el profeta: "En este tiempo mágico de la Navidad todo quiere ser contemplado y admirado, saboreado y asimilado, amado y conquistado desde el Niñito de Belén. Toda la realidad nace y es recreada continuamente para que el hombre aprenda a ser él mismo, y de esa manera descubrir que pertenece a una creación infinita, sabiamente armónica y rigurosamente silenciosa.
La realidad que no es amada se mantiene callada para el hombre pero cuanto es deshojada y abrazada hasta los hechos más lamentables y terribles para el ser humano cobran un significado especial.
Muchos momentos pasamos de largo por tanta belleza y majestuosidad como si no existiera ante nuestros ojos la naturaleza grandiosa que necesita ser contemplada para que nos seduzca desde dentro, y muchas veces somos insensibles a lo que nos rodea arrinconados en nuestro egoísmo y nuestro individualismo.
Todo cuanto existe cobra vida cuando amamos sin desfallecer desde lo más diminuto hasta lo más grandioso. Y este amor se manifiesta a borbotones desde la “ternura de Belén”.
Muchos hombres y mujeres pasaron por la vida con la sola intención de violentar a los demás y de hacer daño a todo lo que les rodeaba y murieron tristes y sin emoción cuando el Eterno les exige la vida, pero otros amaron todo cuanto les rodeaba, desde la hormiga hasta sus semejantes, y en la hora de su partida sonrieron gustosamente porque eran devuelto a la armonía final con todo lo creado y al abrazo compasivo del Misterio, que se manifiesta sin sobresaltos en el acontecimiento de la Navidad".
CONSAGRACIÓN A JESUCRISTO.
Te adoramos, Señor, y con honda gratitud reconocemos que nos has elegido, entre muchos, para ser los constructores del Reino. Queremos ser tuyos de veras, Señor, y por mediación de la Virgen María nos consagramos a Ti.
Queremos tener conciencia plena de cuanto implica vivir en tu Gracia. Danos fuerza para llevar la cruz mientras nos dure la vida. Aunque todos a nuestro alrededor sean cobardes, queremos, Señor, ir contra corriente, detrás de Ti que eres el Camino, la Verdad y la Vida. Jesús nuestro, haznos apóstoles.
Enséñanos a orar. Danos hambre de Ti. Enséñanos a predicarte con nuestro testimonio y con nuestra palabra. Haz, Señor, que abramos para todos los hombres, un ancho camino a tu Gracia. Haz que el mundo vuelva a Ti, aunque nos cueste la vida. Amén.
ORACIÓN
Cristo no tienes manos, tienes sólo nuestras manos para construir un mundo nuevo donde habite la justicia.
Cristo no tienes pies, tienes sólo nuestros pies para poner en marcha al mundo por el camino de la libertad.
Cristo no tienes labios, tienes sólo nuestros labios para proclamar a los pobres la Buena Noticia del Reino. Cristo no tienes medios, tienes sólo nuestra acción para lograr que todos los hombres sean hermanos.
MEDITACIÓN
Navidad cristiana es cuidar la oración y la solidaridad en nuestra vida, demasiada cargada de excesos y gastos sin medida.
Navidad cristiana es descubrir la austeridad y la limosna en nuestra vida diaria, demasiado repleta de insolidaridad y falta de “mirada” a los pobres.
Navidad cristina es dar la acogida a cualquier prójimo, especialmente al más necesitado, en nuestro caminar diario, demasiado cargado de individualismo y falta de sensibilidad al otro.
Navidad cristiana es decir no a todo aquello que a menudo contrasta con el Evangelio y con la dignidad de la persona humana, en ocasiones tan aireadas por los medios de Comunicación Social y por nuestra sociedad de consumo!
Recuperemos el sentido cristiano de la Navidad y recuperemos el sentido de la Navidad, frente a una cultura dominante que intenta “excluir a Jesucristo y omitir cualquier signo religioso y de los valores que representa esta celebración” (Agustín García-Gasco).
Frente a un mundo que intenta “olvidar la memoria y la herencia cristiana” de nuestra historia y de nuestros pueblos, se nos invita a volver a revitalizar nuestra fe en Jesucristo y replantearnos nuestro fe.
Frente a un “agnosticismo práctico y una indiferencia religiosa” ambiental, donde “da la impresión de ser una apostasía silenciosa por parte del hombre autosuficiente que vive como si Dios no existiera”, celebrar la Navidad debe de revitalizar en nosotros el deseo de recuperar la celebración de la Misa del Domingo, la pertenencia activa y colaboración eficaz a la Iglesia local, la preocupación por la formación cristiana de nuestra vida, la manifestación pública de nuestra fe sin miedo y sin complejos.
ORACIÓN
Señor, en el silencio de este día que nace, vengo pedirte paz, sabiduría y fortaleza.
Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno. Ver detrás de las apariencias a tus hijos, como los ves Tú mismo, para, así, poder apreciar la bondad de cada uno. Cierra mis ojos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia, que sólo los pensamientos que bendigan permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo que todos los que se acerquen a mí, sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad, Señor, y haz que durante este día, yo te refleje. Amen
LISTA DE VÍDEOS PARA ORAR CON LOS SALMOS
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