Quiero ser, Padre, tus manos, tus ojos, tu corazón. Mirar
al otro como Tú le miras: con una mirada rebosante de amor y de ternura.
Mirarme a mí, también, desde esa plenitud con que Tú me
amas, me llamas y me envías.
Lo quiero hacer
desde la experiencia del don recibido y con la gratuidad de la donación
sencilla y cotidiana al servicio de todos, en especial de los más pobres.
Envíame, Señor, y dame constancia, apertura y cercanía.
Enséñame a caminar en los pies del que acompaño y me
acompaña.
Ayúdame a multiplicar el pan y curar heridas, a no dejar
de sonreír y de compartir la esperanza.
Quiero servir configurado contigo en tu diaconía. Gracias
por las huellas de ternura y compasión que has dejado en mi vida.
En tu Palabra encuentro la Luz que me ilumina.
En la Oración, el
Agua que me fecunda y purifica. En la Eucaristía el Pan que fortalece mi
entrega y me da Vida. Y en mi debilidad, Señor, encuentro tu fortaleza cada
día. Amén.
Oración de
bendición
LISTA DE VÍDEOS PARA ORAR CON LOS SALMOS
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE