CANTO: MI DIOS ESTÁ VIVO.
Mi Dios está vivo, Él no está muerto.
Mi Dios está vivo en mi corazón.
Mi Dios está vivo, ha resucitado, lo siento en mis manos,
lo siento en mis pies, lo siento en mi alma y en mi ser.
¡Oh, Oh, Oh, hay que nacer del agua!
¡Oh, oh, oh, hay que nacer del Espíritu de Dios!
¡Oh, oh, oh, hay que nacer del agua y del Espíritu de Dios, hay que nacer del Señor! (2)
Prepárate para que sientas, prepárate para que sientas. Prepárate para que sientas el Espíritu de Dios.
Déjalo que se mueva. Déjalo que se mueva. Déjalo que se mueva dentro de tu corazón.
INTRODUCCIÓN:
Bienvenidos a este encuentro de oración, en esta Vigilia de Pentecostés, con la que clausuramos las fiestas de Pascua.
Tras 40 días de camino cuaresmal que han desembocado en la celebración del Triduo pascual, con el que inauguramos los 50 días en honor de Cristo resucitado, ahora abrimos el corazón, con el deseo de vivir personal y comunitariamente, un renovado Pentecostés.
Pidamos la venida del Espíritu Santo sobre nuestra familia, amigos, conocidos y sobre nosotros.
Pidamos la venida del Espíritu Santo y que derrame sobre nosotros sus dones. Amén.
ORAMOS AL ESPÍRITU SANTO CON EL CARDENAR VERDIER.
“Oh Espíritu Santo, Amor del Padre, y del Hijo.
Inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo decirlo,
lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
método y facultad para aprender, sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar dirección al progresar y perfección al acabar. Amén”.
PRIMERA MEDITACIÓN:
En los Hechos de los Apóstoles, se nos dice que “estaban todos reunidos” y todos reciben los dones del Espíritu Santo: es toda la Iglesia la que recibe el don del Espíritu para poder vivir nuestra vocación y carisma concreta en beneficio de la misma comunidad.
En Pentecostés se invierte el dinamismo de Babel: Babel fue la dispersión y la división, Pentecostés es la comunión, el amor y el entendimiento.
INVOCACIÒN AL ESPÍRITU SANTO DE ADRIANA BARETTA.
Ven Espíritu Santo, ilumina mi corazón,
para ver las cosas que son de Dios
Ven Espíritu Santo, dentro de mi mente,
para conocer las cosas que son de Dios.
Ven Espíritu Santo, dentro de mi alma,
que yo le pertenezco solamente a Dios.
Santifica todo lo que yo piense,
diga y haga, para que todo sea
para la gloria de Dios. Amén.
SEGUNDA MEDITACIÓN:
El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. En su verdadera naturaleza y también en su más auténtica presencia histórica, la Iglesia es incesantemente modelada y guiada por el Espíritu de su Señor.
Es un cuerpo vivo, cuya vitalidad es precisamente fruto del invisible Espíritu divino (Papa Benedicto XVI).
CON SAN AGUSTÍN DE HIPONA NOS ABRIMOS AL ESPÍRITU SANTO.
Abrámonos a la acción del Espíritu Santo, y repitamos con San Agustín:
Respira en mi, Oh Espíritu Santo, para que mis pensamientos puedan ser todos santos.
Actúa en mí, Oh Espíritu Santo, para que mi trabajo, también pueda ser santo.
Dibuja mi corazón, Oh Espíritu Santo, para que sólo ame lo que es santo.
Fortaléceme, Oh Espíritu Santo, para que defienda todo lo que es Santo.
Guárdame, pues, Oh Espíritu Santo, para que yo siempre pueda ser santo. Amén
TERCERA MEDITACIÓN:
Dice el Catecismo: “En Pentecostés, cincuenta días después de su Resurrección, Jesucristo glorificado infunde su Espíritu en abundancia y lo manifiesta como Persona divina, de modo que la Trinidad Santa queda plenamente revelada.
La misión de Cristo y del Espíritu se convierte en la misión de la Iglesia, enviada para anunciar y difundir el misterio de la comunión trinitaria.
SECUENCIA DEL ESPÍRITU SANTO.
Invocamos al Espíritu Santo con este precioso Himno al Espíritu Santo,
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz,
y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
Amén.
Sin el Espíritu Santo no habría Iglesia ni apostolado, no habría fe ni reconoceríamos a Dios como Padre de todos ni a Jesucristo como el Salvador.
ANTÍFONA CANTADA (varias veces):
¡Oh, Señor, envía tu Espíritu¡
¡Oh, Señor, envía tu Espíritu!
¡Oh, Señor, envía tu Espíritu!
¡oh, oh, Señor!
GESTO PEDIR LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO.
Saldrán siete personas, cada una de ellas con un cartel y, tras leer su contenido, lo dejarán al pie de la mesa donde está la Palabra de Dios rodeada de las siete velas. Tras la lectura de cada cartel, tomará una de las velas, dirá uno de los siete dones del Espíritu Santo y pondrá la luz debajo del Cirio Pascual.
1.-CARTEL 1: SABIDURÍA.
Danos, Espíritu Santo, Tú que eres la Luz, el don de la Sabiduría, para que aprecie tu amor y no nos apeguemos a las cosas terrenas.
2.-CARTEL 2: ENTENDIMIENTO.
Danos, Espíritu Santo, el don del Entendimiento, para que vivamos tu proyecto de salvación y de felicidad en un mundo que se aleja tanto de Ti .
3.-CARTEL 3: CONSEJO.
Danos, Espíritu Santo, el don del Consejo para que pongamos los medios más eficaces para aconsejar bien a los demás y no encaminarlos por el camino del mal.
4.-CARTEL 4: FORTALEZA.
Danos, Espíritu Santo, el don de la fortaleza para que podamos vencer todas las dificultades y obstáculo que encontremos en el camino.
5.-CARTEL 5: CIENCIA.
Danos, Espíritu Santo, el don de la Ciencia para que podamos discernir el bien del mal, lo falso y lo verdadero, en un mundo donde crece la indiferencia y el relativismo.
6.-CARTEL 6: PIEDAD.
Danos, Espíritu Santo, el don de la Piedad para que vivamos con autenticidad el mensaje de Jesús y ejercitemos la caridad, creciendo en la fe y la esperanza.
7.-CARTEL 7: TEMOR DE DIOS.
Danos, Espíritu Santo, el don del temor de Dios, para que amemos tanto a Dios que no queramos defraudarlo nunca, llevando una vida auténtica y podamos ejercitar sus mandamientos.
SILENCIO
CANTO PARA PEDIR EL ESPÍRITU SANTO.
¡OH, SEÑOR, ENVÍA TU ESPÍRITU,
QUE RENUEVE LA FAZ DE LA TIERRA!
¡Oh, Señor, que mi alma te bendiga!
¡Oh, Dios, Tú eres grande, vestido de esplendor y belleza!
¡OH, SEÑOR, ENVÍA TU ESPÍRITU,
QUE RENUEVE LA FAZ DE LA TIERRA|
QUINTA MEDITACIÓN:
Dice el Catecismo: Cristo y su Espíritu actúa en el corazón de los bautizados “por medio de los sacramentos, Cristo comunica su Espíritu a los miembros de su Cuerpo, y la gracia de Dios, que da frutos de vida nueva, según el Espíritu.
El Espíritu Santo, finalmente, es el Maestro de la oración.
Pentecostés es la fiesta del Espíritu, que nos hace tomar conciencia de la actuación del mismo en cada uno de nosotros y en la vida de la Iglesia.
SEXTA MEDITACIÓN:
Dice el Catecismo: “El Espíritu Santo edifica, anima y santifica a la Iglesia; como Espíritu de Amor, devuelve a los bautizados la semejanza divina, perdida a causa del pecado, y los hace vivir en Cristo la vida misma de la Trinidad Santa.
Los envía a dar testimonio de la Verdad de Cristo y los organiza en sus respectivas funciones, para que todos den «el fruto del Espíritu» (Ga 5, 22).
PEDIMOS QUE SE FORTELEZCAN EN NOSOTROS LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Cada uno seleccionamos los frutos del Espíritu Santo que necesitamos que se fortalezcan en nosotros de manera eficaz y veloz.
1.-CARIDAD:
Vivir el amor de Dios y al prójimo como algo fundamental.
2.-ALEGRÍA:
Vivir con gozo el seguimiento de Jesús.
3.-PAZ:
Sembrar unidad, fraternidad entre todos.
4.-PACIENCIA:
Esperar con calma, superar los momentos de ira, enfado o desaliento.
5.-LONGAMINIDAD:
Firmeza del ánimo en sufrir, esperando los bienes eternos.
6.-BENIGNIDAD:
Disposición constante a la indulgencia en el hablar, en el responder y en el actuar.
7.-BONDAD:
Tener sentimientos de acogida, comprensión, amabilidad con todos.
8.-MANSEDUMBRE:
Refrena la ira y nos regala la dulzura en el trato y condición.
9.-FIDELIDAD:
Mantener la palabra dada.
10.-MODESTIA:
Modera y regula en el hombre sus acciones y palabras.
11.-CONTINENCIA:
Modera los deleites de los sentidos.
12.-CASTIDAD:
Ser limpios en la mirada, en el pensamiento, en el deseo, en las acciones.
SÉPTIMA MEDITACIÓN:
El Espíritu Santo es el gran protagonista en todo el tiempo pascual que hemos vivido y en toda la vida de la Iglesia. Y es que el Espíritu Santo es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.
CANTO: ILUMÍNAME, SEÑOR.
1.– Ilumíname, Señor, con tu Espíritu;
transfórmame, Señor, con tu Espíritu.
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu.
Ilumíname y transfórmame, Señor.
Y déjame sentir el fuego de tu amor aquí en mi corazón, Señor.
Y déjame sentir el fuego de tu amor aquí en mi corazón, Señor.
2.– Resucítame, Señor, con tu Espíritu:
conviérteme, Señor, con tu Espíritu.
Resucítame, Señor, con tu Espíritu.
Resucítame y conviérteme, Señor.
3.– Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu.
Consuélame, Señor, con tu Espíritu.
Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu.
Fortaléceme y consuélame, Señor.
¡¡¡OH, SEÑOR, ENVÍA TU ESPÍRITU SANTO!!!
LISTA DE VÍDEOS PARA ORAR CON LOS SALMOS
CANAL DE FRANCISCO BAENA CALVO EN YOUTUBE